Síndrome del dolor miofascial
¿Conocías el Síndrome del dolor miofascial?
El síndrome del dolor miofascial (SDM) es una afección dolorosa que afecta a los músculos y al tejido conectivo que los rodea, conocido como fascia. Esta afección es común y puede ser muy debilitante para quienes la padecen, siendo un 85% del dolor que sufrimos de origen músculo-esquelético.
Síntomas del síndrome del dolor miofascial
El síntoma principal del SDM es el dolor muscular, que puede ser localizado o referido a otras partes del cuerpo. El dolor puede ser de tipo punzante, ardoroso o sordo, y puede durar desde unos pocos segundos hasta varios días.
Los puntos gatillo, que son las zonas más dolorosas dentro de una contractura, son un síntoma común del SDM. Estos puntos pueden ser desencadenados por movimientos específicos o por presión en el músculo afectado y se manifiesta como dolor referido en otra parte del cuerpo.
El dolor referido se siente en un área del cuerpo diferente a la que está afectada por el punto gatillo. Por ejemplo, un punto gatillo en el músculo del hombro puede causar dolor referido en el brazo o en la mano.
Dentro de los puntos gatillo nos encontramos con dos tipos:
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Punto gatillo activo, en este caso, el dolor referido asociado al punto gatillo es permanente.
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Punto gatillo latente, a diferencia del activo, el dolor referido aparece al presionar en la zona del punto gatillo.
Además del dolor, otros síntomas incluyen debilidad muscular, hormigueo, rigidez y limitación del movimiento. Los síntomas pueden ser leves o graves, y pueden interferir en la capacidad de una persona para realizar actividades diarias.
Causas del síndrome del dolor miofascial
Las causas del SDM pueden variar. A menudo, la tensión muscular y la sobrecarga son los principales desencadenantes. Las lesiones, el estrés, la mala postura, la falta de ejercicio y el uso excesivo de ciertos músculos también pueden contribuir al desarrollo del SDM.
El SDM también puede ser causado por otros trastornos médicos, como fibromialgia, artritis, enfermedades autoinmunitarias y trastornos del sueño. Además, es más común en personas que tienen una lesión previa o que han tenido una cirugía reciente.
Tratamiento del síndrome del dolor miofascial
El tratamiento del SDM depende de la gravedad de los síntomas y de la causa subyacente. Los tratamientos comunes incluyen la terapia física, la terapia manual y la punción seca. Los analgésicos y los relajantes musculares también pueden ser útiles para aliviar el dolor y la tensión muscular en la fase más aguda del síndrome.
Los cambios en el estilo de vida también pueden ayudar a prevenir el SDM y mejorar los síntomas. La mejora de la postura ganando fuerza y elasticidad, el ejercicio regular y la reducción del estrés pueden reducir la tensión muscular y prevenir la aparición de puntos gatillo, siendo el pilates uno de los ejercicios más completos e indicados y siendo el fisioterapeuta el profesional encargado de resolver esta patología.