Suelo pélvico masculino: mitos y ejercicios para prevenir disfunciones

Cuando hablamos de suelo pélvico, la mayoría piensa automáticamente en mujeres, embarazo o postparto. Y sin embargo, ahí estamos los hombres, con un conjunto de músculos y ligamentos que, aunque invisibles, condicionan desde nuestra fuerza al reírnos… hasta cómo respondemos en la cama.
El problema es que este tema sigue envuelto en mitos que nos impiden cuidarlo como se merece. Vamos a desmontar algunos y, de paso, ver qué podemos hacer para mantenerlo en forma.
- Mito 1: “Es solo cosa de mujeres”: No. Nuestro suelo pélvico está igual de presente y, en muchos casos, igual de vulnerable. Cirugías de próstata, deportes de impacto, sobrepeso o incluso pasar horas sentado pueden debilitarlo. Ignorarlo es abrirle la puerta a problemas que van de pérdidas de orina a molestias sexuales.
- Mito 2: “Si hago Kegels, ya está”: Los Kegels son un buen punto de partida, pero no son la panacea. El suelo pélvico necesita no solo fuerza, sino también coordinación y elasticidad. Hay hombres que, en lugar de debilidad, tienen exceso de tensión en la zona, y ahí lo que toca es aprender a relajar, no apretar más.
- Mito 3: “Solo afecta a la orina”: Ojalá. Un suelo pélvico debilitado o rígido también puede provocar dolor lumbar, hernias, problemas de erección o eyaculación precoz. Y al revés: un suelo pélvico sano mejora tu postura, tu control y tu confianza.
Entonces… ¿qué puedo hacer?
Lo primero: conocerlo. Un fisioterapeuta especializado puede ayudarte a identificar si tu suelo pélvico está flojo, tenso o simplemente necesita mantenimiento.
Si tu problema es la falta de fuerza, los Kegels consisten en contraer los músculos como si quisieras cortar el chorro de la orina, mantener tres segundos y relajar. Puedes hacerlo tumbado, sentado o de pie, varias veces al día.
Si necesitas más control y flexibilidad, los ejercicios hipopresivos y la respiración diafragmática ayudan a trabajar desde dentro, activando abdomen profundo y suelo pélvico de forma más suave.
Y para todos: muévete más, evita pasar horas sentado, mantén un peso saludable y cuida tu postura.
En resumen
El suelo pélvico masculino no es un tema “tabú” ni algo que debamos ignorar hasta que aparezcan problemas. Prevenir es sencillo, no quita tiempo y mejora tu calidad de vida. Empieza hoy, porque este es uno de esos músculos que agradecerás haber entrenado.
En Kentro contamos con fisioterapeutas especializados en suelo pélvico masculino que pueden evaluar tu caso, diseñar un plan de ejercicios a medida y acompañarte en cada paso. Trabajamos con técnicas basadas en evidencia y adaptadas a tus necesidades, para que puedas recuperar fuerza, control y confianza. Estamos aquí para ayudarte a recuperar tu bienestar, no dudes en contactarnos.